Uno de los principales problemas con los que se encuentran los ciclistas que quieren practicar ciclismo con un rodillo es el de cómo guardar la bici en casa, sobre todo si esta es pequeña o cuentan con poco espacio para su almacenamiento. Es por eso que en este artículo queremos brindarte algunas ideas para guardar la bicicleta en casa, de manera que no te moleste en tu día a día y que puedas hacer uso de ella cómodamente cuando vayas a realizar tu entrenamiento indoor —y, por supuesto— para que quede perfectamente protegida. ¡Vamos a ello!
Cómo guardar la bicicleta en casa: comodidad y aprovechamiento del espacio
El ciclismo indoor con rodillos se ha convertido en una forma muy popular y efectiva de entrenar desde casa ya que nos permite mejorar el rendimiento sin depender del clima o la disponibilidad de rutas al aire libre, así como aprovechar al máximo nuestro tiempo. Sin embargo, una vez finalizado el entrenamiento, surge una duda común: ¿cómo guardar la bicicleta de forma adecuada y práctica? No se trata solo de ganar espacio, sino también de proteger la bicicleta, mantenerla limpia y que nos resulte cómodo volver a hacer uso de ella. Por supuesto, hay que tener en cuenta que todo depende del espacio disponible en el hogar, pero lo ideal —en cualquier caso— es elegir siempre una ubicación que cumpla con tres requisitos básicos. En primer lugar, que esté ventilada, para que la humedad no dañe a la bici; que esté protegida de golpes o roces accidentales; y que sea de fácil acceso, para que no suponga un esfuerzo volver a usarla al día siguiente —lo cual puede desmotivarnos a hacer ejercicio—.
Soporte de pared: práctico y estético
Los soportes de pared son una de las soluciones más utilizadas, sobre todo en pisos pequeños o apartamentos. Existen modelos para colgar la bicicleta de forma horizontal (muy útil para mantenerla a la vista, como si fuera una pieza decorativa) y otros para colgarla verticalmente, apoyando solo la rueda delantera, lo que permite ahorrar aún más espacio. Estos soportes suelen ser fáciles de instalar y algunos vienen con revestimiento de goma para no dañar el cuadro. Además, hay versiones más completas que incluyen ganchos para casco, zapatillas o herramientas, o incluso baldas superiores para usar como estantería. Es una opción ideal si entrenas con frecuencia y quieres que la bici esté siempre accesible, pero sin que estorbe.
Soporte de suelo: cómodo y sin complicaciones
El soporte de suelo es perfecto si no quieres hacer agujeros en la pared o si usas la bicicleta a diario. Este tipo de soporte sujeta la rueda trasera, permitiendo que la bici se mantenga estable en posición vertical, sin necesidad de apoyarla en la pared ni de usar la pata de cabra (que no es recomendable en bicis de carretera o entrenamiento). Además, existen modelos sencillos, plegables y fáciles de mover por lo que, si dispones de un pequeño “rincón ciclista” en casa, este tipo de soporte permite tener la bici lista para rodillo en segundos. Algunos modelos incluso permiten ajustar el ancho según el grosor del neumático, lo que los hace compatibles con diferentes tipos de bicicletas.
Ganchos de techo: máximo ahorro de espacio
Si cuentas con techos altos o garajes, los ganchos de techo o sistemas de poleas son una excelente opción para liberar completamente el suelo. Permiten colgar la bicicleta boca abajo (por las ruedas) o por el cuadro. Hay sistemas simples y otros con poleas que facilitan subir y bajar la bicicleta sin esfuerzo. Estos son muy útiles si usas la bici con menor frecuencia o si necesitas despejar una habitación tras el entrenamiento. Eso sí, es importante verificar que el anclaje al techo sea seguro, especialmente en viviendas con techos de pladur o falsos techos.
Plegado o desmontaje parcial: para espacios muy reducidos
Cuando el espacio es muy limitado, puedes optar por desmontar la rueda delantera y guardar la bicicleta en una funda o bolsa específica. Esta solución es especialmente práctica en estudios pequeños o habitaciones compartidas. Algunas personas combinan esta opción con estanterías bajas o muebles donde la bici puede apoyarse parcialmente, logrando así una integración funcional en el entorno doméstico.
¿Y el rodillo para bicicleta?

Los rodillos para bicicletas cuentan con la principal ventaja de ocupar poco espacio y facilitarnos su almacenaje tras su utilización, tanto si utilizas uno de transmisión directa, como uno de patas telescópicas o un rodillo de rulos, como el de RooDol by ZYCLE, que además puede plegarse y desmontarse en cuestión de segundos. Dependiendo del espacio, puedes optar por plegar los rodillos y guardarlos bajo la cama, detrás de una puerta o en un armario. Por supuesto, al igual que ocurre con las bicicletas, asegúrate de guardarlo en un lugar seco y protegido del polvo, para alargar al máximo su vida útil.
Algunos consejos antes de guardar bicicletas en casa
Ahora que ya sabes dónde guardar la bicicleta en casa y el rodillo es importante tener en cuenta algunos consejos básicos, pero esenciales. Y es que para guardar la bici en casa y que dure mucho es fundamental que tras su utilización te encargues de limpiarla correctamente. Aunque entrenes en interiores, la bicicleta no está exenta de ensuciarse. El sudor es el principal enemigo: es ácido y corrosivo, y puede dañar componentes como el cuadro, la transmisión o el manillar si no se limpia a tiempo —y lo mismo puede sucederle a los rodillos—. Por ende, al terminar de entrenar pon en práctica las siguientes pautas:
- Seca la bici y los componentes del rodillo con un paño limpio. Pon énfasis en la zona del tubo superior, potencia y manillar de la bicicleta.
- Si usas una toalla sobre el cuadro durante el entrenamiento, quítala y lávala después de cada uso.
- Pasa un paño seco por la cadena si ha recibido salpicaduras de sudor.
- Ventila bien la habitación o zona de entrenamiento para evitar que la humedad se acumule.
